sábado, 3 de marzo de 2012

En algún lugar, en Algún momento

 Nadie supo de donde vino en realidad.

Cierto día el la vio tocando la armónica sentada en alguna de las banquetas de este pueblucho donde nuca se hace de día, donde la neblina no te permite ver una brazada mas allá de tu tórax, donde los hombres mas fuertes entraban y salían flaqueados y acabados como ancianos en asilo terminal.

Sin embargo el era un habitante de nacimiento de ese pueblo, ninguno de los males ahí surgidos le afectaba, era inmune a toda enfermedad, era inmune a todo dolor, era inmune incluso a las palabras, no conocía  el dolor hasta el momento en que vio esa cara redonda con los ojos grandes y cafés mas hermosos que había visto en su vida tocando despreocupada y pacíficamente esa pequeña harmónica en Re Mayor, el hombre era torpe y tímido, y nunca había hablado con una dama de manera tan espontánea y repentina, sin embargo ese vestido blanco, esa triste armónica y esos enormes ojos tenían algo totalmente atrayente, fuera de lo común, algo desconocido para el hasta ese momento.

Ella se paseaba en los divanes de su mente, tenia demasiadas cosas en que preocuparse, la harmónica en su boca era simplemente un medio educado de evadir las palabras con los transeuntes, tenia algunos cuantos días en ese pueblucho, no era nacida ahí, sin embargo algo en su pasado la había hecho de igual manera inmune a las enfermedades, al dolor, e incluso a las palabras, ella había notado la presencia de aquel hombre alto, de tez morena, pelo lacio, y que irradiaba formalidad y personalidad en cada uno de sus movimientos, había notado la manera en que el la miraba sin embargo no consideró esto tan importante como para parar su perfecta interpretación de Cannon en Re mayor presentada solo en clave de sol, trató de no pensar en ello y cerrando los ojos trató de concentrarse en su música y en olvidar la imagen de aquel hombre.

 Pasaron algunos pares, decenas o incluso centenas de canciones, ¿Fueron horas? ¿Minutos? ¿Días? lo cierto es que hay nunca transcurría el tiempo, ese lugar era un simple punto en el espacio, sin avance ni retroceso, sin embargo, e incluso con el conocimiento de esto, ella pudo experimentar como el "tiempo" y la "vida" se pararon cuando el se le acercó por primera última y única vez.



Ella aún mantenía los ojos cerrados cuando sintió que alguien tocaba su hombro, volteó un poco molesta al principio, pero cuando sus ojos hicieron contacto con los de aquel hombre su vida se definió en un instante, todo tenia sentido ahora para ella, se habría dado cuenta de que era el cielo sin necesidad de haber estado en el, lo único que necesitaba era que ese hombre la mirase así por el resto de su vida.

No hubo saludo ni palabreo previo, el se acercó y le dijo:

-¿Podrías tocar algo para mi?

Ella aún inmóvil y con la armónica entre las piernas vio ante sus ojos como la voz de aquel hombre salia de su boca y se tornaba en figuras gruesas y abscisas tomo aire y trató de empezar a tocar, sin embargo esa mirada la desconcentraba de una manera que nuca nada lo había hecho antes, al ver la resistencia de ella, el suavemente se acercó y la besó en los labios, ambos se habían buscado toda la vida y se encontraron en un instante y en un lugar perdido en el espacio-tiempo, ella se limitó a cerrar los ojos y con la cabeza baja dijo:

-Está bien.... Tocaré.

Una gran bocanada de aire lleno sus pulmones, y con la harmónica en los labios empezó el recital mas largo e inolvidable de su vida, en los primeros 5 minutos de su interpretación todos los habitantes del lugar habían llegado ya al epicentro de los hechos guiados por la música, a los 10 minutos la mitad del pueblo había caído en un profundo y largo sueño (en algunos casos un sueño eterno)  los mas aguerridos fueron vencidos por Morfeo a los 20 minutos de iniciado el recital, estos  valientes hombres cuentan que a esas alturas la música que sonaba a través de la harmónica desprendía sonidos de muchos otros instrumentos, dicen también que la música se podía ver, en forma de ondas y colores, todas dirigidas hacia aquel extraño hombre, que cabe mencionar nunca durante las 7 semanas y media que duró el recital cerró los ojos.



No fue si no hasta que ella acabó de tocar y la última nota dejo de soplar que ambos se levantaron se vieron por última vez a los ojos dieron media vuelta y separaron sus caminos... Nunca mas se volvieron a ver.

Nadie sabe con certeza que fue de la extraña mujer y el ahora desaparecido habitante del pueblo. Dicen que ambos siguieron con sus vidas, se casaron, y fingían ser felices con sus parejas, sin embargo nunca se pudieron olvidar el uno al otro, y aunque no se puedan ver hacen notar sus presencias el uno al otro, por ejemplo, el cada año recibe un armónica blanca nueva, mientras ella cada aniversario del suceso recibe extrañamente un vestido blanco con destellos musicales, destellos como los que aquel día dieron sentido a sus vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario