miércoles, 24 de noviembre de 2010

Alteraciones

Percibo las cosas de un modo extraño en este momento, tengo ganas de salir y gritar y correr, las cosas tienen un toque extraño y poco real, el cuadro que ahora observo y que siempre había parecido vulgar y corriente, ahora me parece una total obra de arte, es como si tratara de comunicarse conmigo y decirme el secreto de mi vida, todo lo que debo saber.

Estoy empezando a darme cuenta que no es mas que una imagen poco fiel e imaginaria que esta creando mi mente tratando de jugar conmigo.

Empiezo a saltar.Mis pies funcionan como resortes me elevo y parece que me burlo de la gravedad, me elevo cientos de metros, creo que puedo tocar las nubes.

La suave brisa de madrugada rompe contra mi cuerpo.Ya no salto mas, ahora solo vuelo, parecería que he violado toda ley física, me siento me siento como jamas me he sentido en mi vida, tal vez sea la sensación mas agradable que alguna vez halla tenido.

Han pasado ya algún tiempo desde que vuelo minutos, horas, días tal vez, ahora no se lo que me pasa me siento cansado y desesperado, ¿sera que he volado demasiado?, ¿estare perdiendo mi habilidad?, si, eso debe ser, lo único que se es que estoy cayendo cada vez mas rápido.

Me siento demasiado desesperado, no me aterra el golpe, me aterra la caída, se que sera difícil volver a volar, estoy muriendo, vuelvo a la misma sensación del inicio sólo que ahora se mezcla con pánico.

Me acerco cada vez mas al suelo creo que estoy a solo 10 metros 9,8,7,6,5,4,3,2,1, y entonces 
desperté...

sábado, 6 de noviembre de 2010

Rodrigo y Gabriela, Arte Mexicano que vale la pena

Era un día normal en la no muy divertida ciudad de Zamora Michoacán estaba sentado con mi buen amigo Luis y su guitarra.
Luis que siempre ha sido un fanático del metal estaba interpretando una versión de one de Metallica un poco peculiar, aunque aun no le salia muy, bien de inmediato la reconocí y dije inconsientemente :
Rodrigo y Gabriela.
Entonces Luis dijo:
si wey, no mames que los conoces son bien chidos pero casi nadie los conoce... bla bla bla.
El punto de este post es dar a conocer un  poco de estos dos grandes musicos Mexicanos, son unas de esas joyitas que realmente vale la pena conocer, pero ya que vivimos en una sociedad donde lo unico que se escucha es puro pinche regueton es dificil que artistas como estos lleguen a tener exito y tienen que buscar suerte en otro lado.
Es lamentable que Rodrigo y Gabriela llenen escenarios de hasta 100000 personas en europa y en Mexico, de donde son originarios, les de un triste escenario azul en el Vive Latino
para que se den una idea:
El mes de Mayo del 2009 El presidente Calderon asistio a una cena presidencial en la casa blanca donde obviamente el señor Obama seria el anfitrion, en esa cena estuvieron tambien varios personalidades del ambito politico.
Obama para la cena invito a Rodrigo y Gabriela a tocar junto con Beyonce
Despues de la actuacion cuando fue el momento de conocer a los presidentes.
¿Quien creen que fue el unico que no los conocia?
Claro nuestro queridisimo y respetadisimo Presidente Calderón por lo que Obama tuvo que presentarle al dúo 
para los que no me creen ahy esta la fuente

Ya para terminar les dejo unos videitos de estos dos grandes musicos
one



Stairway to Heaven 






Disfrutenlos!!!!


By Tona

viernes, 5 de noviembre de 2010

Para los amantes de la música....

Un poco de ultratumba: Beethoven
 
Ludwing van  Beethoven (1777-1827) quería escribir una Missa pro defunctis, pero la muerte se le apareció antes de lo previsto y con órdenes perentorias. Cosa rara, ese fallecimiento arrastró consigo algo más que buenas intenciones: privó a los vivos de una obra maestra. ¿Quién iba a refutar la evolución compositiva lograda por el genio de Bonn desde su primera misa en Do mayor hasta la magna Missa solemnis, concebida en el ocaso de su existencia? ¿No logró sacudirse de las deudas con el pasado para consolidar un estilo propio cuyo catalizador fue el sufrimiento físico y la voluntad creativa que lo doblega?*
Escribió Romain Rolland una vez: “Si existe una capilla Sixtina, existe una  Missa solemnis”.
Pero soslayemos las peculiaridades musicales de sus misas para indagar en las circunstancias que rondaron al malogrado Réquiem beethoveniano, aunque vale la pena advertir que la narración de las escenas previas al deceso del personaje podría ofender ánimos indispuestos. Es traída a cuento en aras con redención –se nos dice con insistencia- que nos aguarda al final del camino, y que una vez concedida nos permitirá visitar anualmente a los seres queridos, de quienes lo menos que esperamos es que se reúnan en torno a nuestros despojos y nos ofrenden música, flores, y, ¿por qué no?, algunos alcoholes que nos ayuden a sobrellevar la inusitada levedad del cuerpo. ¡Digamos salud, para que los miedos acaben de dilatarse en los espejos de la fe!
Es menester taparse las narices para ingresar a la habitación donde yace el moribundo; el hedor es insoportable, mas la curiosidad para verlo de cerca prevalece sobre la repulsión inicial. El maestro se queja de dolores en los ojos y del recrudecimiento de los cólicos, gime con desesperanza. De su boca escurre un hilillo de sangre y su piel acusa un color amarillento que anticipa al de las exequias. La diarrea no cesa y la hidropesía le ha producido una hinchazón tan conspicua que ya no hay “matasanos” que atine a mitigarla. El último ordenó una serie de punturas en el abdomen de las que fluye una sustancia sanguinolenta que empapa el colchón y desborda el lebrillo contiguo al camastro. Alrededor de éste, hay paja esparcida en donde pululan cucarachas. El músico no reacciona ante ellas pues, al parecer, resultaron más fieles que sus amigos. No es de extrañar que la atracción de los insectos se deba también a la bacinica que no siempre es vaciada. Sobre el comodín reposa la Partitura de la Sinfonía coral a la que debe hacerle correcciones antes de mandarla a sus benefactores de la Sociedad Filarmónica londinense, los únicos que, según él, se han compadecido de sus penurias.
En espaciada sucesión llegan alumnos y uno que otro colega. La visita postrera al compositor los deja con una sensación de agobio, ya que se imaginan en trances similares. ¿Quién iba a decir que la afición por el vino y el suministro de mercurio habría de causar tales estragos?** ¿No dicen los médicos que uno puede quedarse sordo si no cuida los trastornos intestinales? ¿Y la morfina? La respiración se agita, y a petición del hermano se convoca al cura para que administre la extremaunción. Ese mismo día llega una caja de vinos del Rin enviada por un editor dispuesto a saldar cuentas. Cuando le muestran una botella, susurra: “Qué lástima, demasiado tarde…”. Son sus últimas palabras. Amortajado el cadáver, repican campanadas en la catedral de San Esteban. Un joven compositor se obstina en ser portador de una de las antorchas que guían al cortejo. En la ciudad se dan cita en ese 26 de marzo de 1827 más de 25mil admiradores para rendir tributo al coloso que supo de dolencias.
Meses después, el cuerpo devastado por la sífilis de ese portador de antorcha recibe sepultura junto a la tumba del añorado Beethoven. Como hijo dilecto de la marginación de su época, Franz Schubert (1797-1828) no podía haber deseado mayor consuelo que entregarse al reposo eterno al lado del gigante que desdeñó las convenciones sociales. En su funeral, una magra comitiva acompaña al ataúd.
Hay revuelos en el cementerio de Währing pues la exhumación se ha autorizado en ese verano de 1888. Se pretende reubicar los restos de Beethoven y Schubert en el cementerio central de Viena. Burlados los guardias, se introduce en la capilla un individuo que desoye las protestas de los presentes. Como un poseído toma en sus manos el cráneo de Beethoven, besándolo sin recato. En su atrabancado dialecto le espeta a los forenses: “¿No es cierto, querido Beethoven, que si estuvieras vivo me permitirías tocarte? Y ahora estos extraños pretenden impedírmelo”. El sujeto respondía al nombre de Anton Bruckner (1824-1896), cuya diversión favorita era deambular por los panteones, deleitando su vista sobre las fosas abiertas.
Antes de abandonar los enrarecidos aires de sepulcro europeo es conveniente mencionar algunos hechos que confirmarán una creencia de los antiguos mexicanos.
Pensaban los otomíes que bajo tierra las corrientes formadas por emanaciones de difuntos circulaban y que éstas salían por las bocas de las cavernas para envolver, con su inmanencia, al mundo y sus incrédulos moradores… Muy apropiado al caso, ¿no lo creen? Los muertos tienen la palabra.
*En la misa op. 87 estrenada en 1807, Beethoven fue fiel a los cánones estilísticos de sus predecesores; en cambio, en la Solemnis op. 123, comenzada en 1819, alcanzó cimas expresivas hasta entonces inéditas.
**Un examen de ADN realizado en un mechón de cabello reveló que la concentración de plomo era 42 veces superior a la del promedio. Con ese nivel de toxicidad en la sangre, Beethoven tendría que haber muerto tres años antes en condiciones de dolor extremo. 


By Tania